martes, 7 de abril de 2009

Carta a la Cámara Argentina del Libro en repudio de las acciones judiciales iniciadas contra Horacio Potel

Esta es una carta que envié a la Cámara Argentina del Libro y a la editorial Les Éditions de Minuit con motivo del caso Potel.


Estimados Sres.


Quiero hacer llegar a ustedes mi repudio total y absoluto respecto de las afrentas inferidas al profesor Horacio Potel.
Me refiero al hecho de que el admirable trabajo realizado por Potel en su página Web sobre el filósofo Derrida tuviera que ser cancelado a instancias de la editorial Les Édicions de Minuit y de la Embajada francesa. Y por si eso fuera poco, al generoso y desinteresado profesor, se le amenaza con una pena preventiva de libertad que oscila entre un mes y seis años. Ante tanta prepotencia no cabe más que la indignación, la protesta, la resistencia y la solidarización con el afectado.

Por su parte, Carlos de Santos, presidente de vuestra Cámara ha declarado lo siguiente:
"Esa ley existe para proteger la producción cultural" "La Cámara tiene una acción continua de defensa del derecho de propiedad intelectual. Sin derecho de propiedad intelectual no existe edición posible. Y creo que menos la posibilidad de producción intelectual."
Veamos: ¿Esa ley existe para proteger la producción cultural? ...mmm. No seamos cínicos, por favor. Se puede argüir que la ley existe y hay que respetarla. No es una postura muy racional, porque estaríamos dispuestos a obedecer cualquier absurdo que se convirtiera en ley, pero al menos no intenta justificar una ley que es abiertamente restrictiva, antidemocrática y definitivamente contraproducente. Y esto es elemental, cualquiera sabe que la información y el conocimiento se potencian y se enriquecen con la difusión, es más, esa es su naturaleza, existen para ser comunicados, para ser transmitidos. El conocimiento es por definición un bien social y cualquier restricción a su libre circulación es un ataque a la cultura, la igualdad y la democracia.

Que "la Cámara tiene una acción continua de defensa del derecho de propiedad intelectual", no lo dudamos. Pero no sé si es una actitud como para alardear y enorgulleserce. Más bien me inclino a creer que debería ser motivo de congoja; si estamos obligados por las circunstancias a cometer acciones reprobables, nos debería quedar por lo menos la entereza moral de maldecir nuestra suerte, que nos fuerza a cumplir con nuestro odioso trabajo. Podemos comprender a un verdugo que aborrece su oficio, pero jamás simpatizaremos con uno que se jacta de él como si se tratara de algo bueno.

Continuemos: "Sin derecho de propiedad intelectual no existe edición posible. Y creo que menos la posibilidad de producción intelectual." ¿De verdad cree lo que dice el señor de Santos?
Hay que terminar con la hipocrecía y decir las cosas como son; el derecho de propiedad intelectual es la forma que tienen las empresas editoriales de apropiarse de la creación de los autores para su explotación comercial, de manera tal que priva a todas las demás empresas editoriales, incluido el autor, de la posibilidad de reproducir la obra en cuestión. Es decir, no es ni más ni menos que el monopolio de la explotación de la obra, con lo cual salen perdiendo: las otras empresas, que podrían editar la obra y contribuir a la libre competencia y la consecuente baja de precios; el autor, que, además de no percibir más que las sobras de las ganancias de su obra, ve reducida su distribución y con ello su oportunidad de darse a conocer más eficazmente; y por último y más importante, la sociedad, el público, que es para quien se ha creado la obra y que sin embargo tiene que soportar los precios, muchas veces desmesurados, establecidos por las empresas que detentan el derecho sobre la obra, incluso durante el tiempo en que no la han publicado, negando a todos el conocimiento de ella sin más justificación que su propio capricho y su manía por el lucro. Y es éste justamente uno de esos casos. La editorial Les Édicions de Minuit no ha publicado aquí libros de Derrida, por tanto no puede aducir que el acceso libre a las páginas de Potel la hayan perjudicado económicamente. Pero de todos modos detenta insólitamente el derecho de privarnos a todos del conocimiento de la obra de Derrida simplemente porque ha tenido el dinero para comprar el derecho sobre esa obra.

Está claro que según esta lógica quien tenga el dinero suficiente puede decidir qué es lo que la sociedad debe saber o no. Se trata de un sistema en que se aplica a los recursos intelectuales, renovables e infinitos, los principios propios de los recursos materiales: la escasez. Esto se logra restringiendo la distribución a través de la privatización de los derechos de autor.

Pasemos a la última aseveración: "Y creo que menos la posibilidad de producción intelectual."
Esto ya es inaceptable. El conocimiento sólo se produce a partir de conocimiento. Son precisamente estas artimañas para reducir su circulación y convertirlo en mercancía las que perjudican e inhiben la producción del conocimiento. Si ustedes no hubieran inhabilitado la página del profesor Potel, ahora habría muchas personas que tendrían acceso al pensamiento de Derrida y podrían generar a partir de él nuevas ideas, nuevos textos, nuevas miradas que enriquecerían el patrimonio cultural de la sociedad.

La actual legislación sobre derechos de autor es una clara violación al derecho a la información.
Es por ello que exigimos eximir de toda pena al profesor Potel, ejemplo a seguir
por su vocación de llevar el conocimiento a todos los rincones del mundo, sin ánimo de lucro, con el único y generoso propósito de servir a la sociedad.


Isaac Iván González


Nota: la redacción de esta carta fue favorecida por el acceso libre a las siguientes páginas:
Javier Gimeno Perelló. Hacer libre y universal el pensamiento, la cultura y la información
Andrea Coa. Nada es tan social como el conocimiento
Wu Ming. Apuntes inéditos sobre copyright y sopyleft (2005)

No así por la retención de derechos de autor por parte de las editoriales, que me privaron de mucho de lo pensado por otros autores. Sea por la apropiación sobre obras agotadas, imposibles de conseguir y cuya copia es ilegal, sea por precios irreales que son inalcanzables para personas no acaudaladas.

3 comentarios:

  1. FELICITACIONES POR LA INICIATIVA, ES DECRI, POR LA CARTA Y LA DIFUSIÓN DEL ASUNTO A TRAVÉS DEL BLOG. QUEDÁS INVITADO A LA PRO-LETRARIOS.

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  2. Cómo andan (¿o debo decir cómo andás?, no creo que se junten a escribirme comentarios, ¿no?)
    Siempre me pego una vuelta por Pro-letrarios, aunque no me vean.

    Saludos y felicitaciones por la primera edición de la revista. Es excelente.

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  3. NO TE VEMOS, PERO PERCIBIMOS TU GRAVITACIÓN.

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