martes, 7 de abril de 2009

Carta a la Cámara Argentina del Libro en repudio de las acciones judiciales iniciadas contra Horacio Potel

Esta es una carta que envié a la Cámara Argentina del Libro y a la editorial Les Éditions de Minuit con motivo del caso Potel.


Estimados Sres.


Quiero hacer llegar a ustedes mi repudio total y absoluto respecto de las afrentas inferidas al profesor Horacio Potel.
Me refiero al hecho de que el admirable trabajo realizado por Potel en su página Web sobre el filósofo Derrida tuviera que ser cancelado a instancias de la editorial Les Édicions de Minuit y de la Embajada francesa. Y por si eso fuera poco, al generoso y desinteresado profesor, se le amenaza con una pena preventiva de libertad que oscila entre un mes y seis años. Ante tanta prepotencia no cabe más que la indignación, la protesta, la resistencia y la solidarización con el afectado.

Por su parte, Carlos de Santos, presidente de vuestra Cámara ha declarado lo siguiente:
"Esa ley existe para proteger la producción cultural" "La Cámara tiene una acción continua de defensa del derecho de propiedad intelectual. Sin derecho de propiedad intelectual no existe edición posible. Y creo que menos la posibilidad de producción intelectual."
Veamos: ¿Esa ley existe para proteger la producción cultural? ...mmm. No seamos cínicos, por favor. Se puede argüir que la ley existe y hay que respetarla. No es una postura muy racional, porque estaríamos dispuestos a obedecer cualquier absurdo que se convirtiera en ley, pero al menos no intenta justificar una ley que es abiertamente restrictiva, antidemocrática y definitivamente contraproducente. Y esto es elemental, cualquiera sabe que la información y el conocimiento se potencian y se enriquecen con la difusión, es más, esa es su naturaleza, existen para ser comunicados, para ser transmitidos. El conocimiento es por definición un bien social y cualquier restricción a su libre circulación es un ataque a la cultura, la igualdad y la democracia.

Que "la Cámara tiene una acción continua de defensa del derecho de propiedad intelectual", no lo dudamos. Pero no sé si es una actitud como para alardear y enorgulleserce. Más bien me inclino a creer que debería ser motivo de congoja; si estamos obligados por las circunstancias a cometer acciones reprobables, nos debería quedar por lo menos la entereza moral de maldecir nuestra suerte, que nos fuerza a cumplir con nuestro odioso trabajo. Podemos comprender a un verdugo que aborrece su oficio, pero jamás simpatizaremos con uno que se jacta de él como si se tratara de algo bueno.

Continuemos: "Sin derecho de propiedad intelectual no existe edición posible. Y creo que menos la posibilidad de producción intelectual." ¿De verdad cree lo que dice el señor de Santos?
Hay que terminar con la hipocrecía y decir las cosas como son; el derecho de propiedad intelectual es la forma que tienen las empresas editoriales de apropiarse de la creación de los autores para su explotación comercial, de manera tal que priva a todas las demás empresas editoriales, incluido el autor, de la posibilidad de reproducir la obra en cuestión. Es decir, no es ni más ni menos que el monopolio de la explotación de la obra, con lo cual salen perdiendo: las otras empresas, que podrían editar la obra y contribuir a la libre competencia y la consecuente baja de precios; el autor, que, además de no percibir más que las sobras de las ganancias de su obra, ve reducida su distribución y con ello su oportunidad de darse a conocer más eficazmente; y por último y más importante, la sociedad, el público, que es para quien se ha creado la obra y que sin embargo tiene que soportar los precios, muchas veces desmesurados, establecidos por las empresas que detentan el derecho sobre la obra, incluso durante el tiempo en que no la han publicado, negando a todos el conocimiento de ella sin más justificación que su propio capricho y su manía por el lucro. Y es éste justamente uno de esos casos. La editorial Les Édicions de Minuit no ha publicado aquí libros de Derrida, por tanto no puede aducir que el acceso libre a las páginas de Potel la hayan perjudicado económicamente. Pero de todos modos detenta insólitamente el derecho de privarnos a todos del conocimiento de la obra de Derrida simplemente porque ha tenido el dinero para comprar el derecho sobre esa obra.

Está claro que según esta lógica quien tenga el dinero suficiente puede decidir qué es lo que la sociedad debe saber o no. Se trata de un sistema en que se aplica a los recursos intelectuales, renovables e infinitos, los principios propios de los recursos materiales: la escasez. Esto se logra restringiendo la distribución a través de la privatización de los derechos de autor.

Pasemos a la última aseveración: "Y creo que menos la posibilidad de producción intelectual."
Esto ya es inaceptable. El conocimiento sólo se produce a partir de conocimiento. Son precisamente estas artimañas para reducir su circulación y convertirlo en mercancía las que perjudican e inhiben la producción del conocimiento. Si ustedes no hubieran inhabilitado la página del profesor Potel, ahora habría muchas personas que tendrían acceso al pensamiento de Derrida y podrían generar a partir de él nuevas ideas, nuevos textos, nuevas miradas que enriquecerían el patrimonio cultural de la sociedad.

La actual legislación sobre derechos de autor es una clara violación al derecho a la información.
Es por ello que exigimos eximir de toda pena al profesor Potel, ejemplo a seguir
por su vocación de llevar el conocimiento a todos los rincones del mundo, sin ánimo de lucro, con el único y generoso propósito de servir a la sociedad.


Isaac Iván González


Nota: la redacción de esta carta fue favorecida por el acceso libre a las siguientes páginas:
Javier Gimeno Perelló. Hacer libre y universal el pensamiento, la cultura y la información
Andrea Coa. Nada es tan social como el conocimiento
Wu Ming. Apuntes inéditos sobre copyright y sopyleft (2005)

No así por la retención de derechos de autor por parte de las editoriales, que me privaron de mucho de lo pensado por otros autores. Sea por la apropiación sobre obras agotadas, imposibles de conseguir y cuya copia es ilegal, sea por precios irreales que son inalcanzables para personas no acaudaladas.

sábado, 4 de abril de 2009

Un profesor argentino acusado criminalmente por promover el acceso al conocimiento


Reproduzco aquí la noticia publicada por El Grupo de Investigación CopySouth para ayudar a difundir este atropello perpetrado por La Cámara Argentina del Libro, al profesor Horacio Potel y todos los que se beneficiaban con el acceso libre al conocimiento.


Un profesor de filosofía argentino, Horacio Potel, debe responder acusaciones criminales por mantener un sitio Web dedicado a traducciones de trabajos del filósofo francés Jacques Derrida. Su presunto delito: infracción al derecho de autor. Aquí está la triste historia del Profesor Potel. “Estaba fascinado por las infinitas posibilidades que la red ofrecía para el intercambio de conocimientos”, explica Horacio Potel, un Profesor de Filosofía en la Universidad Nacional de Lanús <http://www.unla.edu.ar/index.php > en Buenos Aires. En 1999 el profesor inició un sitio Web personal para recoger ensayos y otros trabajos de algunos filósofos conocidos, empezando por los alemanes Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger. Los sitios Web de Potel – Nietzsche en Español <http://www.nietzscheana.com.ar/>, Heidegger en Español <http://www.heideggeriana.com.ar/> y Derrida en Español <http://www.jacquesderrida.com.ar/> – se convirtieron en crecientes bibliotecas en línea de textos filosóficos descargables gratuitamente. Sólo el sitio Nietzsche en Español <http://www.nietzscheana.com.ar/> ha recibido más de cuatro millones de visitantes. Uno de los más conocidos sitios Web de Potel, el www.jacquesderrida.com.ar <http://www.jacquesderrida.com.ar/> se concentró en su filósofo francés favorito, Jacques Derrida (1930-2004) <http://plato.stanford.edu/entries/derrida/>, de origen argelino y fundador de la “deconstrucción”. En este sitio Web Potel incluyó muchos de los trabajos del filósofo, traducciones en español, foros de discusión, resultados de investigación, biografías, imágenes e informaciones típicas de este tipo de recurso en línea. “Quería compartir mi amor por la filosofía con otras personas. La idea era difundir los textos y hacer una especie de ordenamiento”, declara Potel. Para Potel, lo que él hacía era lo que los profesores han hecho durante siglos: ayudar a los estudiantes a acceder al conocimiento. “No es posible encontrar ni en bibliotecas ni en librerías de Argentina una colección tan completa de las obras de Derrida y Heidegger como las que estaban en la Web”, señala Potel. De hecho, sólo dos librerías en la ciudad más grande de Argentina, Buenos Aires, ofrecen algunos de los libros de Derrida y por tanto muchos de sus trabajos rara vez se encuentran disponibles para los lectores. Potel gastó décadas visitando bibliotecas y librerías para reunir el material que incluyó en su biblioteca en línea. “Muchos de los textos allí incluidos ya están agotados”, argumenta Potel. Los libros que están agotados no pueden ser adquiridos por los lectores y aún así están protegidos por leyes de propiedad intelectual. De otro lado, Potel cree que los precios de las editoriales extranjeras, como las mexicanas Porrua <http://www.porrua.com/> y Cal y Arena <http://www.edicionescalyarena.com.mx/>, son “prohibitivos” para estándares argentinos. Muestra como ejemplo de esto el precio de un folleto recientemente publicado con una conferencia de Derrida. Impreso en tipo de letra grande, el folleto tiene casi ochenta páginas, aunque, sin duda, fuera posible encajar el texto en doce. Se lo vendían por 162 pesos argentinos, aproximadamente 42 dólares americanos por lo cambio actual. Incluso a ese precio excesivo el folleto era difícil de localizar tan solo dos semanas después de su entrada a Argentina. Potel describe que él por su parte debió caminar por Buenos Aires durante una tarde entera para conseguir una copia del mismo. Pero el precio de los libros extranjeros no es la única preocupación en este caso. Para que los trabajos de Derrida sean accesibles al mundo de habla hispana tienen que ser traducidos. Si bien las versiones en español disponibles en el sitio Web no fueron hechas por él, Potel si hizo correcciones a unas cuantas de ellas pues algunas de las traducciones de las obras de Derrida eran de mala calidad. Para hacer los textos más fáciles de entender a los lectores, Potel enlazó la traducción al texto original e incluso la relacionó con los otros trabajos citados por Derrida en cada texto. Eventualmente el popular sitio Web de Potel captó la atención de un editor. El proceso penal en su contra se inició el 31 de diciembre de 2008 después de que se presentara una reclamación por parte de una compañía francesa, la editorial Les Éditions de Minuit <http://www.leseditionsdeminuit.eu/f/index.php>. Ellos han publicado sólo uno de los libros de Derrida y lo han hecho en francés. La queja de Minuit pasó a la Embajada francesa en Argentina y esa fue la base del proceso judicial que inició la Cámara Argentina del Libro <http://www.editores.org.ar/> en contra de Potel. La Cámara Argentina del Libro <http://www.editores.org.ar/> ostenta los cuestionables antecedentes de haber sido responsable de una incursión policial en la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y de haber logrado condenar a algunos docentes por hacer que los alumnos fotocopien material bibliográfico. “La escena de la policía entrando a Puán es recordada con estupor por muchos miembros de la comunidad académica” indica el informe. Potel enfrenta hoy la posibilidad de sufrir la intervención de su teléfono, sus casillas de correo electrónico y el allanamiento de su domicilio con el fin de “establecer el lugar físico donde se origina el hecho”. Potel ha quitado todo el contenido de su sitio Web, en una decisión que él califica de trágica. “Estos sitios son mi mejor obra. Son el fruto de muchísimo trabajo y fueron totalmente financiados por mí” indica. Aquellos que acceden a www.jacquesderrida.com.ar <http://www.jacquesderrida.com.ar/> hoy encuentran una advertencia: “Este sitio ha sido desactivado debido a una demanda judicial iniciada por la Cámara Argentina del Libro”. Si bien Potel insiste diciendo “nunca tuve la intención de lucrar” con los trabajos de Derrida, lo cierto es que enfrenta una pena privativa de la libertad que oscila entre un mes hasta seis años por violar las leyes de propiedad intelectual argentinas, según lo indica un artículo <http://www.clarin.com/diario/2009/02/28/sociedad/s-01867515.htm> publicado el 28 de febrero de 2009 en la versión en línea del periódico argentino /Clarín/. Si Derrida estuviera vivo, él probablemente agradecería a Potel llevar las traducciones de sus trabajos a millones de lectores de habla hispana que de otra forma nunca habrían tenido la oportunidad de leer los escritos del filósofo francés. En ese sentido veamos lo que el fundador de la deconstrucción dijo sobre la libertad dentro de la universidad: "Lo mantengo, no obstante: la idea de que ese espacio de tipo académico debe estar simbólicamente protegido por una especie de inmunidad absoluta, como si su adentro fuese inviolable, creo (es, por consiguiente, como una profesión de fe lo que les dirijo y someto al juicio de ustedes) que debemos reafirmarla, declararla, profesarla constantemente [...]. Esa libertad o esa inmunidad de la Universidad, y por excelencia de sus Humanidades, debemos reivindicarlas comprometiéndonos con ellas con todas nuestras fuerzas. No sólo de forma verbal y declarativa, sino en el trabajo, en acto y en lo que hacemos advenir por medio de acontecimientos." (Jacques Derrida, */Universidad sin condición/*, Madrid, Trotta, 2002, p. 42) Aquellos que afirman “proteger” los “derechos de propiedad intelectual” de Derrida persiguen a un profesor que simplemente sigue las enseñanzas del filósofo francés y las populariza en el mundo de habla hispana. El Grupo de Investigación CopySouth solicita a la Cámara Argentina del Libro <http://www.editores.org.ar/> y al gobierno argentino que levanten inmediatamente los cargos criminales y que respeten y protejan las libertades académicas del profesor Potel al proveer acceso popular a obras filosóficas. En cualquier conflicto entre la propiedad intelectual y el derecho a la educación y a acceder al conocimiento, elegimos la educación e invitamos a quienes comparten las mismas preocupaciones para que difundan esta noticia lo más extensa y rápidamente posible. Pueden enviar cartas a Les Éditions de Minuit <http://www.leseditionsdeminuit.eu/f/index.php> (7 Rue Bernard Palissy, 75006 Paris 06, France, correo electrónico: contact@leseditionsdeminuit.fr
), a la Cámara Argentina del Libro <http://www.editores.org.ar/> (Av. Belgrano 1580, Piso 4, C1093AAQ Buenos Aires, Argentina, correo electrónico: cal@editores.org.ar) y al Consejo Federal de Educación de Argentina <http://www.me.gov.ar/consejo/cf_autoridades.html> (Pizzurno 935, P.B. of. 5, C1020ACA Buenos Aires, Argentina, correo electrónico: cfce@me.gov.ar). El Grupo de Investigación CopySouth contact@copysouth.org <contact@copysouth.org> El Grupo de Investigación CopySouth (CSRG) fue establecido en 2005. El CSRG es formado por investigadores y activistas en más de 15 países y conduce investigación en una variedad de temas de derecho de autor y cuestiones relacionadas respecto del Sur global. Los ejemplares del Dossier de 210 páginas de CopySouth están disponibles para descarga gratuita (en inglés y español) en su sitio Web (www.copysouth.org <http://www.copysouth.org/>).
Fuente: Rebelión

lunes, 30 de marzo de 2009

El valor de las ideas

Lo mejor que nos puede regalar un libro es el descubrimiento de una idea, un pensamiento. Las ideas tienen esa naturaleza generosa que hace que podamos disfrutarlas aunque no sean nuestras. En ese sentido son el reverso de las posesiones materiales, que desde el momento que pertenecen a un individuo queda fuera del alcance de los demás. La cortadora de césped de mi vecino por ejemplo sirve sólo para mi vecino, yo no la puedo usar porque no es mía -además de que no tengo césped.
En esa peculiaridad reside la maravilla de las ideas. Uno disfruta y aprovecha al máximo las ideas ajenas, las degusta y precisamente en ese proceso se enriquecen las ideas y las personas.

En El hombre común Chesterton dice sobre Henry James:

Puede resultar sorprendente y hasta cómico compararlo con Dickens o con Shakespeare; pero lo que lo hace grande es lo que los hizo grandes a los otros, y lo que sólo puede hacer grande, en el mayor sentido, a un hombre de letras: las ideas, el poder de generar y de dar vida a una incesante producción de ideas. Está equivocado quien afirma que lo que importa es la calidad y no la cantidad. La mayoría de los hombres han hecho algún chiste bueno en su vida; pero hacer chistes como los hacía Dickens es ser un gran hombre. Muchos poetas olvidados han dejado caer un poema lírico con alguna imagen verdaderamente perfecta. Pero cuando abrimos cualquier obra dramática de Shakespeare, buena o mala, en cualquier página, importante o no, con la seguridad de encontrar alguna imagen que por lo menos atrae a la vista y probablemente enriquece la memoria, estamos poniendo nuestra fe en un gran hombre.
[...] Y por más grande que parezca la distancia, es verdad, en el mismo sentido, que tomamos al azar de un tesoro de mustras únicas de ingenio cuando pensamos en cualquiera de las innumerables ideas nuevas de Henry James...

Se podría decir lo mismo del propio Chesterton.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Proyecto de ley de medios de comunicación

Hablemos un poco de información, ya que este blog nació orientado hacia la bibliotecología, aunque luego se fuera desdibujando esa orientación.

Comencemos con una pregunta básica: ¿Cuál es la importancia de los medios de comunicación en la configuración de la opinión pública y la visión de la realidad?
Respuesta: mucha, muchísima. No es muy difícil percatarse de que los medios masivos generan, a través de su omnipresencia, la sensación de que la realidad está reflejada en ellos, todo lo que sucede, todo lo que es digno de saberse, todo todo está publicado en esos imparciales y objetivos medios. Gracias a ellos nosotros, los ciudadanos, sabemos lo que tenemos que saber, nos enteramos de todo, y en base a esa información nos formamos una opinión, sólida y fundada sobre la realidad. ¿o no?
Veamos algunas características que pueden ponernos a pensar sobre lo riesgoso de creer a pie juntillas todo lo que emana de los medios y lo peligroso de dejar esos medios en pocas manos.

En la actualidad en Argentina la gran mayoría de los medios son privados, es decir son empresas con fines de lucro, que por lo general han tenido bastante éxito en eso de lucrar. Algunos medios constituyen gigantescos grupos económicos y como tales naturalmente obedecen a las ideologías propias de las minorías poderosas.
Por otra parte algunos de estos grupos han logrado obtener el monopolio de los medios de comunicación, con todos lo beneficios que esto implica para ellos y todos los riesgos que supone para la sociedad.
Esto es así desde que se sansionó la Ley 22.285 durante la dictadura de Videla, ley que permite los monopolios y oligopolios y restringe la radiodifusión sólo a actividades con fines de lucro. Esta ley infame, increíblemente, sigue vigente hasta hoy. Y esperemos que le quede poco tiempo de vida.

He aquí el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) que presentó el gobierno y envío al Congreso:

"OBJETO DE LA REGULACIÓN.
Ley 22.285: Únicamente se regulan los servicios abiertos (radio y TV) y los sistemas complementarios más antiguos, como Antenas Comunitarias.
Ley SCA: El objeto de la iniciativa es otorgar marco legal a todos los Servicios de Comunicación Audiovisual independientemente del soporte técnico utilizado para su transmisión. El libre acceso a las nuevas tecnologías permitirá el establecimiento de garantías destinadas a proteger el pluralismo y la diversidad de todas las producciones audiovisuales.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN.
Ley 22.285: Está limitada por las necesidades de la Seguridad Nacional. La ley actual admite restricciones a la Libertad de Expresión basadas en este motivo.
Ley SCA: Se garantiza el derecho humano universal al derecho a la información y a la libertad de expresión como lo prevé el 13 de la Convención Americana sobre Derechos humanos, que implica el derecho a recibir, difundir e investigar informaciones y opiniones. Los tratados de Derechos Humanos son una pieza fundamental del espíritu de esta propuesta.

AUTORIDAD DE APELACIÓN.
Ley 22.285: El organismo que regula la Radio y la TV está integrado por militares, servicios de inteligencia y empresarios.
SCA: El organismo que regulará los Servicios de Comunicación Audiovisual será dirigido por un órgano colegiado integrado por representantes de la legislatura nacional, de la segunda y tercera minoría y representantes del Poder Ejecutivo Nacional. Se establecerá un Consejo Multisectorial y Participativo integrado por representantes de las Universidades, de las Asociaciones sin fines de lucro, de los trabajadores del sector, etc.

LICENCIATARIOS.
Ley 22.285: La radiodifusión sólo se podía ejercer como actividad con fines de lucro. Las modificaciones operadas durante la década de los 90. Recién en el año 2005 el Congreso Nacional permitió a las personas jurídicas sin fines de lucro ser titulares de licencias de radiodifusión, pero con algunas restricciones.
Ley SCA: Se permitirá el acceso a las entidades sin fines de lucro. Se reservará con carácter inderogable, el 33% del espectro para las personas jurídicas sin fines de lucro tales como, asociaciones, fundaciones, mutuales, etc.

MONOPOLIOS Y OLIGOPOLIOS.
Ley 22.285: Se admiten los monopolios y los oligopolios de medios. El Estado tiene una participación subsidiaria, ya que solo puede dar servicio en áreas geográficas no rentables para los privados.
Ley SCA: Se impedirá la formación de monopolios y oligopolios. Se promoverá el pluralismo del espectro y de los servicios de Comunicación Audiovisual. El Estado Nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los Municipios tendrán asignadas frecuencias.

MEDIOS PÚBLICOS.
Ley 22.285: Solo se prevé su condición subsidiaria. Las Universidades deben ser titulares de licencias por explotación comercial en TV. Solo se preveía a ATC como empresa comercial.
Ley SCA: Se permitirá que las Universidades tengan emisoras sin restricciones ni obligación de ser sociedades comerciales. Se propondrá un sistema de medios estatales con objetivos democráticos, con participación y control comunitario y social.

CONTROL PARLAMENTARIO.
Ley 22.285: No está previsto ningún control por parte del Congreso de la Nación.
Ley SCA: El control del Congreso de la Nación estará previsto para evaluar el funcionamiento de la Autoridad de Aplicación, de los medios públicos y el desempeño del Defensor del Público. Para ello se crea la Comisión Bicameral de Seguimiento y Promoción de los Servicios de Comunicación Audiovisual.

MULTIPLICIDAD DE LICENCIAS EN SERVICIOS ABIERTOS.
Ley 22.285: Permite que una sola persona sea titular de 24 licencias de servicios abiertos (radio y TV).
Ley SCA: Sólo se podrán tener 10 licencias de servicios abiertos.

MULTIPLICIDAD DE LICENCIAS EN SISTEMAS POR SUSCRIPCIÓN.
Ley 22.285: Los sistemas de TV paga no tienen limitaciones en relación a las licencias que puede poseer una misma persona, siempre que no estén en la misma zona de cobertura. Esto facilita la formación de monopolios.Ley SCA: Las licencias de TV paga estarán limitadas en número y en cuotas de mercado.PLAZO DE LICENCIAS.
Ley 22.285: Las licencias duran 15 años y se pueden prorrogar por 10 años más.Ley SCA: Las licencias durarán 10 años y se podrán prorrogar 10 por años más, previa realización de Audiencias Públicas.

REQUISITOS PARA SER TITULAR DE UNA LICENCIA.
Ley 22.285: Se exigen requisitos personales basados en la posesión de riqueza y preferencia de aspectos patrimoniales.
Ley SCA: Para ser titular de una licencia se ponderarán criterios de idoneidad y de arraigo en la actividad. Se excluirá de la posibilidad de ser titular a quienes hayan sido funcionarios jerárquicos de gobiernos de facto, atendiendo a la importancia de los medios en la construcción del Estado de Derecho y la vida democrática.

TRANSPARENCIA DE LA TITULARIDAD DE LAS LICIENCIAS.
Ley 22.285: Esta ley posibilita que mediante la utilización de sociedades por acciones, se esconda la verdadera titularidad de las licencias.
Ley SCA: Se promoverá un régimen de transparencia de titularidad de propiedad de las licencias.

CONTENIDOS DE INTERÉS PUBLICO.
Ley 22.285: Se permite la codificación de las transmisiones deportivas, impidiendo el acceso abierto a la mayoría de la población.
Ley SCA: Este proyecto prevé que los partidos de fútbol relevantes podrán verse por TV abierta.

MEDIOS DE PROPIEDAD SOCIAL.
Ley 22.285: No están previstos.
SCA: Se promoverá la regularización de medios comunitarios, que han estado excluidos durante décadas.

COOPERATIVAS.
Ley 22.285: Su participación estuvo prohibida hasta el año 2005. Actualmente pueden participar en forma restringida.
Ley SCA: Se establecerá un régimen abierto de participación para las cooperativas. También se implementarán medidas tendientes a evitar abusos de posición dominante.

CINE NACIONAL.
Ley 22.285: No está previsto.
Ley SCA: Se establecerá una Cuota de Pantalla de Cine Nacional, como lo han hecho países como Francia o Brasil."


Fuente: diario Crítica de la Argentina [en línea]. Punto por punto, el proyecto para reemplazar a la Ley de Radiodifusión, 25 de marzo de 2009. Diponible en:
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=20478

martes, 24 de marzo de 2009

La locura en el arte

¿La locura es un valor agregado en el arte?
Quiero decir ¿la locura de un autor, hace mejor a su obra?

Desde lo personal me apresuro a responder que de ninguna manera podría apreciar más una obra de arte por considerar que su autor padece demencia.
Pero la cuestión me surgió a raíz de ver el documental sobre Daniel Johnston., The Devil and Daniel Johnston.
Al recorrer la historia de ese pobre muchacho atormentado por desordenes mentales y continuas depresiones, uno siente compasión.
Pero cuando uno escucha su música y ve que es considerado una especie de genio uno no puede evitar asombrerse y hacerse la pregunta: ¿es que esa gente que lo admira escuchó realmente su música? ¿será que esa gente lo admira, o intenta admirarlo por compasión?
Intentemos por un momento escuchar esa música y hacer abstracción de las condiciones mentales de su compositor. O imaginemos que el compositor es una persona perfectamente normal. ¿no serían esas canciones francamente desechables, por decir lo menos?

La fama de Daniel Johnston se debe, en primer lugar, a la obsesión de quien se convertiría en su manager, que no dejo de trabajar para que la obra de su artista trascendiera, distribuyendo por dondequiera grabaciones caseras. En segundo término se dio el golpe de suerte: el vocalista de la banda de rock Nirvana tuvo acceso a esas grabaciones, le gustaron y comenzó a usar una remera con el nombre y un dibujo de Johnston. Eso fue suficiente para que el primitivo músico saltara a la fama.

O sea que podemos concluir que para la buena acogida de la obra de Johnston, colaboraron por un lado, su condición de disminuido mental y por otro la celebridad adquirida gracias a esos mecanismos del mundo de la farándula.

Me interesa especialmente detenerme en el primer factor. La idea de locura como fuente de expresión artística surge con el Romanticismo, según el cual el artista es una especie de iluminado al que la obra se le revela desde el exterior, y él y su razón poco o nada tienen que ver con el nacimiento y desarrollo de la obra. El artista se convierte así en un mero receptor. De ahí que la locura fuera bien vista entre los artistas en ese período.
Ahora bien, mantener esa concepción del arte y del artista en estos tiempos, cuando tanta agua ha pasado bajo el puente, parece indicar cierta ingenuidad en materia estética.
Hoy en día sabemos o asumimos que el arte es fruto del trabajo, del estudio, del pensamiento, de la técnica, en fin de un esfuerzo sistemático y perseverante, y quizá de una cuota mínima de suerte, o talento o como se quiera llamar. Tal vez exista la inspiración, pero cuando nos visite nos debe encontrar sólidamente formados para resolver los problemas técnicos propios del arte en cuestión. Si se me ocurre una buena idea musical, debo disponer de los conocimientos necesarios para explotarla al máximo, debo elegir entre los distintos tipos de textura el que más le conviene a la idea: contrapunto, homofonía, monodia, por poner un ejemplo. Incluso podríamos ir más lejos y afirmar, con Herve Fischer, que el artista debe ser un filósofo, añadir a las facultades técnicas las inquietudes éticas y sociales de su tiempo.
En resumen, el artista no es un iluminado, un tipo que ha sido favorecido por la fortuna y ha nacido con dones especiales. Es, por el contrario, alguien que se ha esforzado, que ha estudiado, que ha trabajado durante largas horas de su vida. Y a propósito de horas cito un fragmento de un post sobre el tiempo que se debe dedicar para dominar cabalmente una disciplina específica:
He estado leyendo varios artículos científicos y libros que dicen que se necesitan aproximadamente unas 10.000 horas de estudio y trabajo para dominar una materia. En concreto dicen que hay que repetir “tareas relacionadas” de “temáticas similares” un millón de veces para que el cerebro humano se reconfigure hasta un nivel de maestría en esa materia.
10.000 horas son más o menos 10 años seguidos dedicando una media de tres horas al día a la materia en cuestión. Si esas 10.000 horas se dedican antes de los 20 años parece ser que el efecto es mucho mayor. Estos artículos estudian varios casos de adolescentes “prodigio” que tocan el piano o el violín a niveles de genio. Resulta que todos estos adolescentes “prodigio” realmente no son tan “prodigio”. El resultado es fruto del sacrificio y concentración infinita de estos jóvenes, que desde los 4 o 5 años se han pasado la vida en casa tocando un instrumento musical. Cuando veo a alguien “prodigio” enseguida me empiezo a preguntar lo mucho que le ha costado y admiro su capacidad de sacrificio por lo que le gusta. En esta biografía de Mozart calculan que antes de empezar a destacar, ¡Mozart tocó el clavicordio unas 20.000 horas antes de cumplir los 10 años! Seguramente fue la primera persona de la historia que tocó tanto el clavicordio antes de los 10 años.


Y para cerrar y volviendo al tema de Daniel Johnston y sus admiradores: digámoslo de una vez, simple y claro: a esos románticos trasnochados que admiran a Daniel Johnston les importa un bledo su música, lo importante es que está loco.